KODI Y SUS AVENTURAS
La Aventura de Kodi en el Lago
Un día soleado, mientras Kodi paseaba por el bosque, sintió un fuerte rumor de agua. Sus patas lo llevaron por un sendero que nunca había explorado antes. De repente, el bosque se abrió y frente a él apareció un lago brillante, con cascadas que rugían y cientos de salmones saltando de un lado a otro.
Kodi se quedó fascinado. Había oído hablar de los salmones, pero nunca había visto tantos juntos. "¡Esto es un buffet de lujo!", pensó mientras lamía sus labios.
Una travesura comienza
Sin pensarlo mucho, Kodi se acercó al borde del agua. Sus reflejos lo hicieron extender la pata y atrapar un salmón que saltaba. "¡Este es mío!", gritó emocionado. Pero, justo cuando estaba a punto de dar el primer mordisco, un ruido extraño lo detuvo.
¡Click, click, click! Miró alrededor y vio algo que nunca había visto antes: un grupo de turistas con cámaras, teléfonos y binoculares, todos apuntándole como si fuera una estrella de cine. Los turistas estaban maravillados: "¡Es un oso negro! ¡Es hermoso!"
Kodi no entendía por qué lo miraban tanto, pero no le gustaba la sensación. Empezó a retroceder, aún sosteniendo el salmón, cuando escuchó un chapoteo detrás de él. Giró la cabeza y vio a varios salmones mirándolo, como si estuvieran reclamando: "¡Eh, esa es nuestra casa!"
La reacción de los salmones
Los salmones empezaron a saltar más alto, casi como si quisieran asustarlo. Uno incluso golpeó el agua tan cerca de Kodi que lo mojó por completo. Kodi, confundido, dejó caer el salmón al agua. "Está bien, está bien, ¡ustedes ganan!", dijo, mientras daba un paso atrás.
El encuentro con los turistas
Sin embargo, el ruido de los turistas no se detuvo. Algunos aplaudían, otros tomaban fotos y unos pocos señalan en dirección a Kodi con rostros preocupados. Fue entonces cuando escuchó a un guía turístico decir: "Debemos mantener nuestra distancia y no molestar al oso. Este es su hogar tanto como el de los salmones."
Kodi inclinó la cabeza, como si entendiera. "¿Su hogar?", pensó. "Este no es mi lugar, es el lugar de los salmones y también parece ser importante para estos humanos." Con una mezcla de vergüenza y curiosidad, Kodi decidió alejarse del lago y regresar a su bosque.
Lección aprendida
De vuelta en su zona segura, Kodi no pudo evitar pensar en su travesura. Aunque había sido emocionante ver a los salmones y a los humanos, también entendió que no siempre podía ir donde quisiera. "Creo que aún me queda mucho por aprender sobre compartir espacios," dijo mientras se acurrucaba en su cueva.
Esa noche, Kodi habló con su abuelo Nanuk sobre lo sucedido. Nanuk, entre risas, le respondió: "Todos cometemos travesuras, pequeño. Lo importante es aprender de ellas. Y recuerda, siempre hay que respetar los hogares de otros, ya sean salmones, humanos o incluso el del árbol más pequeño."
Un final musical para la aventura
Al día siguiente, mientras Kodi paseaba por el bosque, empezó a tararear una canción que había inventado sobre su aventura en el lago. Poco a poco, los otros animales se unieron a él, y la canción quedó grabada en el bosque:
♫♪"Kodi en el lago un salmón vio,
con emoción la pata extendió.
Pero entendió que el hogar es sagrado,
y lo que aprendió nos ha encantado."
"Respetar los hogares es un gran deber,
un oso curioso siempre puede aprender.
Con amigos y risas por todo el lugar,
Kodi y su lección vamos a cantar."♫♪
Escritora Gloria Melendez